HISTORIAS DE LA TÍA LUISA

Estimados lectores. Con este libro pretendo poner a su disposición y consideración una serie de narraciones cortas con un hilo conductor que podría pasar por un ensayo filosófico fruto de concepciones antiquísimas de una sociedad rural ya extinguida y que muy poco tienen que ver con la forma de ver el mundo de las sociedades urbanas. Sí, amigos lectores, en el continuo contacto con las tierras, los ríos, las montañas, los animales y las plantas, la interpretación de todo cuanto nos rodea, es muy distinta a la de la gran ciudad. Es el fruto de muchos años de observación de los cambios que se producen en el entorno en continuo contacto con la naturaleza. Es el fruto del pensamiento transmitidos de padres a hijos, de supersticiones, pero también de la sabiduría que surge al sentirse parte integrante de esa naturaleza. He intentado impregnar estas historias de esa sabiduría, de esa filosofía optimista que me transmitieron en mi corta estancia entre estas gentes entrañables.

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He mezclado realidad y ficción. El escenario en el que se desarrollan estas historias, existe realmente, aunque, por respeto a sus habitantes, he cambiado la toponimia de esas ciudades y comarcas. A pesar de eso, los paisajes que se describen, son totalmente reales, pero, no así los personajes que son totalmente ficticios. También es totalmente real la base que sostiene toda la historia: Existe esa maestra de la que se habla y también el personaje interlocutor de la ficticia «tía Luisa». Por lo tanto, todo lo que se narra respecto a esos dos personajes es real.

Puede que algún lector se pregunte si, de alguna manera existió la tía Luisa. Mi respuesta es sí. Lo explico: he dicho antes que ella era un personaje ficticio, porque realmente no existió físicamente. La tía Luisa sería una mezcla de casi todos los habitantes de aquella cortijada que en esta obra he llamado «Las Mordinas». Y las historias, y la filosofía sería un compendio de cosas que decían unos y otros. Debidamente ordenado, y con mi libre interpretación de lo que pienso que querían decir, ha surgido esta obra, «Historias de la tía Luisa». Quiero manifestar que la primera historia, y la más larga, con la que se abre este libro, después del necesario preámbulo, y que he dividido en capítulos, «La última esclava de Guadín», es la historia matriz en la que se basa mi obra dramática homónima. Se trata de una tragicomedia en dos actos y que fue publicada en la editorial Bubok y representada por primera vez hace ya varios años.

He incluido algunas notas al pie de página, más o menos extensas en las que se matiza esa «filosofía de la tía Luisa». El separar esas notas de la propia narración ha sido para darle más agilidad a la lectura que de otra manera podría haber resultado «un poco dura para algunos lectores».

Desde estas líneas quiero expresar mi agradecimiento a todos los habitantes de aquellos pueblos que nos trataron, tanto, a la que era mi novia, como a mí, con mucho cariño y nos hicieron muy agradable nuestra estancia entre ellos. De esto hace más de cincuenta años. Ya muy pocos viven y los que eran niños, que son sus herederos, casi todos han emigrado a otros lugares.

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